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SOBRE EL ARCHIVO

 
 
 

 

Nuestra Historia

El Archivo digital Sergio Vodanovic ha podido realizarse gracias al financiamiento del Fondart convocatoria 2018 y el apoyo de la Universidad Alberto Hurtado.

Betty Johnson, viuda de Vodanovic, es bibliotecóloga de profesión y gracias a su constante preocupación por la conservación y organización de los documentos de valor patrimonial, el dramaturgo fue conservando a lo largo de su vida gran parte de su correspondencia, borradores, material gráfico y recortes de prensa.

Tras su muerte, ella organizó todo este legado de modo que este es un proyecto de larga data y que solo es posible gracias a la dedicación que ella puso en el cuidado de este patrimonio.

En el año 2016 la doctora en literatura Viviana Pinochet Cobos contactó por primera vez a la familia del autor para un proyecto vinculado a su trabajo en prensa. Esa primera iniciativa todavía no ha sido concretada, sin embargo, a partir de entonces se comenzó a perfilar la creación de este sitio web. En el año 2017 se conformó el equipo de trabajo de Viviana junto al archivista y licenciado en literatura Daniel Berríos Cáceres, quienes tras una primera aproximación al acervo diseñaron el proyecto que logró adjudicarse el financiamiento de Fondart de Artes escénicas en la modalidad de Investigación. Gracias al apoyo de la Universidad Alberto Hurtado fue posible integrar a este equipo a las ayudantes Paula Arellano Pizarro, Rafaela Soro Ferrer y Loreto Ramírez Ponce, quienes habían sido o eran alumnas de la carrera de Lengua y Literatura. 

El trabajo durante el año 2018 tuvo varias etapas. Primero se realizó un inventario que permitió construir el cuadro de clasificación y se tomaron las primeras medidas de conservación (como la remoción de elementos metálicos y la limpieza de los documentos). Luego todo este material fue digitalizado por la fotógrafa Alejandra Mora y a partir de esas imágenes digitales las ayudantes fueron clasificando y describiendo cada uno de los documentos usando el programa ICA Atom, diseñado por el Consejo Internacional de Archivos. Paralelamente se fue diseñando la página web con Santabuzzo y escribiendo las presentaciones que pueden leer a lo largo de esta página. Durante el año se realizaron algunas entrevistas y un breve video para difundir el archivo, material que está disponible en esta página.

De pie: Loreto Ramírez Ponce, Daniel Berríos Cáceres y Viviana Pinochet Cobos. Sentadas: Rafaela Soro Ferrer, Betty Johnson y Paula Arellano Pizarro.

De pie: Loreto Ramírez Ponce, Daniel Berríos Cáceres y Viviana Pinochet Cobos.
Sentadas: Rafaela Soro Ferrer, Betty Johnson y Paula Arellano Pizarro.

 

EQUIPO

Viviana Pinochet Cobos
Encargada de investigación
vivimpc@gmail.com

Daniel Berríos Cáceres
Encargado de archivo
d.berrios.caceres@gmail.com

Milena Vodanovic Johnson
Representante de la sucesión
milenavodanovic@gmail.com

 
 
 
 

Este archivo digital busca presentar la documentación preservada por Sergio Vodanovic y su familia de un modo amigable y que facilite el encuentro con la diversidad de su producción. Hasta ahora, es la faceta de dramaturgo la que más se ha destacado dentro de su obra, sin embargo, sus contribuciones al desarrollo de la telenovela como un género de gran relevancia para la cultura nacional, el trabajo periodístico, como crítico y columnista y sus grandes aportes en el ámbito cultural y académico han pasado más desapercibidos. 

 

cuadro de clasificación del repositorio

 

Entendemos nuestro trabajo de organización de este archivo como una oportunidad de redefinir el lugar que Sergio Vodanovic ocupa en nuestra cultura y dar cuenta de cómo su incansable labor, mirada crítica y su estilo cargado de humor han estado presentes en toda su producción. Al revisar los documentos se hace evidente que la historia de Chile en la segunda mitad del siglo XX se revela en cada uno de ellos y la posibilidad de observarla desde la perspectiva de Vodanovic es un gran aporte a nuestra cultura, que debe ser resguardado y difundido.

Nuestro trabajo archivístico

Para elaborar el archivo digital optamos por trabajar con el programa ICA-AtoM, que es el acrónimo de International Council on Archives-Access to Memory. Este software libre fue desarrollado por la empresa canadiense Artefactual Systems, con el respaldo y patrocinio del Consejo Internacional de Archivos (CIA), con el fin de proporcionar a los archivos de todo el mundo una herramienta de acceso y difusión de sus acervos documentales a través de sitios web. La principal característica de ICA-AtoM es que su funcionamiento se ajusta a las normas internacionales de descripción archivística desarrolladas por el mismo Consejo Internacional de Archivos: ISAG-G, ISAAR (CPF), ISDF e ISDIAH, el que permite, además: 

  • Desarrollar descripciones multinivel, interrelacionando cada uno de los elementos que componen un archivo.

  • Visualizar y recorrer el cuadro de clasificación del archivo en cuestión, posibilitando el acceso a cualquiera de sus elementos y descripciones.

  • Facilitar el enlace y descarga de objetos digitales vinculados a la descripción de las distintas unidas documentales que componen el archivo.

  • Realizar búsquedas simples y avanzadas, de acuerdo a variados criterios, por ejemplo: palabras claves, materias, lugares, entre otros.


Definición archivo de personas y de autor

Los archivos de personas o personales, privados o familiares, son un tipo especial de archivo que en los últimos años ha despertado un interés inusitado de archivistas, bibliotecólogos, historiadores, estudiantes, coleccionistas, y de instituciones encargadas del patrimonio cultural y educativo de la sociedad. La archivística, primero como práctica y luego como ciencia en progreso, se ha hecho cargo a lo largo de su historia principalmente de los archivos de instituciones y organismos, labor para la que ha desarrollado métodos, conceptos y técnicas, que al día de hoy han evolucionado y perfeccionado de manera sagaz, sin embargo, los archivos personales han sido bastante relegados por la historia. Esta cuestión supone, al presente, la pérdida de una parte sustancial de la memoria social de nuestra cultura. Vicenta Cortés plantea que en muchos casos de personas de gran relevancia “sus archivos se han perdido y se pierden o permanecen, todavía ignorados, entre las fundaciones, hospitales, desvanes y anticuarios cuando no han servido para envolver fruta y pescado en los mercados” (7).

A este desinterés histórico de los archivos personales, debemos sumar al menos dos características específicas de esta clase de archivos que dificultan su procesamiento. El primero de ellos tiene relación con su territorio disciplinar; los archivos personales son transgresores, heterogéneos, mutantes, contradictorios e incoherentes. Como plantea María del Rosario Díaz Rodríguez: “Los archivos personales “navegan” entre las bibliotecas y los archivos, contribuyendo en muchas ocasiones a confundir a especialistas de ambas instituciones sobre la naturaleza de su documentación, tan poco “archivística” y tan cercana en muchas ocasiones a lo librario y hemerográfico (2)” Esta confusión proviene, como asevera la autora, de su material híbrido y multidisciplinar, producto y testimonio de una vida, que por consecuencia es imposible limitar a una materia, función, sistema, estructura, organización o marco jurídico. Y esto es, precisamente, lo que diferencia a los archivos personales de los organizados y mucho más estables fondos institucionales, y los expone incluso a la sustracción del mundo de los archivos. La otra característica que ha dificultado su conocimiento, desarrollo y procesamiento, es que pertenecen al mundo jurídico de lo privado, por tanto, muchas veces se desconoce la existencia de estos archivos, y suelen ser de difícil acceso.

¿Qué podemos entender por archivos personales?

A pesar de la escasa bibliografía al respecto, podemos encontrar ya una definición tangencial en el propio concepto de archivo, que Antonia Heredia define como: “Uno o más conjuntos de documentos, sea cual sea su fecha, su forma y soporte material, acumulados en un proceso natural por una persona o institución pública o privada en el transcurso de su gestión, conservados, respetando aquel orden, para servir como testimonio e información para la persona o institución que los produce, para los ciudadanos o para servir de fuente de historia” (89). A partir de esta conceptualización, ya generalizada en la archivística, algunos autores han definido el concepto de archivo personal de manera similar, aunque resguardando matices y diferencias; así por ejemplo Juan P. Galiana Chacón nos ofrece la siguiente definición: “El conjunto de documentos, sea cual sea su fecha, su forma o su soporte, acumulados en un proceso natural por una persona física, en el ejercicio de las actividades que le son propias y que son, ya conservados por sus creadores o por sus sucesores para sus propias necesidades, ya transmitidos a una institución de archivos competente en razón de su valor archivístico”. Isabel Portela Filgueiras, lleva a cabo un compendio de todas las características de los archivos personales a partir de las múltiples, no obstante acotadas, definiciones al respecto. Podemos destacar entre sus reflexiones que estos archivos:

  • Son de carácter privado, lo que resulta definitorio y esencial, puesto que incide muchas veces de manera directa en su desconocimiento.

  • Suelen ser fondos cerrados.

  • No obedecen a un organigrama o a una normativa, sino que surgen, como señala Olga Gallego, “un poco al azar”, adaptándose a las actividades de sus productores.

  • Están constituidos por documentos muy heterogéneos, en cuanto a tipología documental y en cuanto a su contenido.

  • Buena parte de los documentos son copias o traslados, aunque muchos son originales.

  • En muchos casos se mezcla la documentación personal con la profesional e institucional.

  • Presentan dificultades para la formación de series, siendo estas en general muy cortas y habiendo muchos documentos sueltos.

  • Suelen aportar agrupaciones documentales aleatorias que vienen dadas por el propio individuo.

  • Incluyen muchas veces colecciones reunidas por el productor.

  • Con frecuencia se encuentra en ellos documentación familiar.

Por tanto, los archivos personales son un conjunto de documentos, que puede ser muy heterogéneos, producidos y/o recibidos por una persona, a lo largo de su vida, tanto personal, como profesional, y que constituyen testimonio, registro y memoria, de una vida. A partir de ello, los archivos personales forman un material excepcional de investigación al contener, en palabras de María del Rosario Díaz Rodríguez: “El resultado de la trayectoria vital y profesional de su formador, son la evidencia de su biografía y contexto epocal y resultan ser valiosas fuentes de información para la investigación” (2).

El archivo de autor

En los últimos años el panorama archivístico en Chile ha experimentado un desarrollo significativo, del cual el Archivo Sergio Vodanovic es un reflejo. Este progreso se relaciona con el interés que han despertado los archivos personales, y en específico, los archivos de autor, lo que ha significado la materialización de un número considerable de proyectos focalizados en el procesamiento de un rico acervo documental. La donación y publicación del archivo de Michelle Bachelet es un ejemplo en la esfera de la historia reciente, mientras que en el ámbito de la cultura y las artes encontramos los archivos de Isidora Aguirre, Víctor Jara, el trabajo de archivo de los acervos documentales de Pablo de Rokha, Manuel Rojas y Jorge Díaz -proyecto que está siendo ejecutado por el mismo equipo que desarrolló el archivo de Sergio Vodanovic-. Este interés coexiste con la venta de otros archivos a instituciones fuera del país como el de Diamela Eltit a la universidad de Princeton, institución que posee además una parte de los archivos de José Donoso y la totalidad de los Jorge Edwards, la venta de los archivos de Raúl Zurita a un coleccionista privado, o la venta del archivo de Enrique Lihn a la Fundación Getty. Horacio Tarcus afirma al respecto: “El mundo de los archivos ha crecido en nuestro país y en nuestro continente aceleradamente en los últimos veinte años. Por motivos diversos han comenzado a preservarse archivos personales y archivos de pequeñas instituciones no estatales que en décadas anteriores se hubieran desvanecido, ya fuera porque iban a para a la basura, porque eran desguazados en lotes para su remate público, era adquiridos por coleccionistas o eran vendidos a los “archivos imperiales” del primer mundo.” (15).

Uno de los aspectos más importantes que definen a los archivos personales y a los archivos de autor en concreto, y que justifican el mayor interés que han despertado en el mundo académico y social, es que constituyen un tipo de material de conocimiento inédito, novedoso y original. La razón de esta cualidad de los archivos de este tipo se explica porque estos reflejan la particularidad irreductible de una persona y su vida; siendo testimonio de la individualidad y peculiaridad del ser. Esta dimensión del registro de lo humano se refleja en la producción documental como huellas y fragmentos de una totalidad, es por esto que los archivos personales y de autor poseen una gran variedad de tipos de documentos. Al respecto Luz del Carmen Beltrán Cabrera sostiene:

“La variedad de tipos documentales con los que uno se topa en estos fondos invita a escudriñar lo insospechado: entre correspondencia, fotografías, volantes, recortes de periódicos, diarios, cintas sonoras, videos, notas manuscritas y hasta objetos personales. Podemos encontrar no sólo datos visuales, sino otro tipo de códigos, esos que inevitablemente percibimos a través de los sentidos que genera la lectura de un manuscrito con remiendos textuales, o anotaciones al margen, que permiten suponer incluso la percepción que el autor tenía de sí mismo a través de su escritura, el impacto sensorial sin dudarlo incide en la interpretación de lo que se lee. Los archivos personales tienen esta doble peculiaridad, por un lado, la de ser fuentes nuevas de información, y por otro la de ser una especie de mapa mental de la personalidad, una biografía intelectual y afectiva del creador.” (116)

Cada uno de los documentos que forman parte del archivo de una persona o autor, son piezas únicas y especiales que, sumadas y en relación, completan un cuadro de la vida íntima y pública del sujeto. Sin embargo, hay que observarlos con una mirada crítica, ya que los archivos personales y de autor dinamitan la supuesta naturalidad o neutralidad de los mismos. Blasco Martínez Rosa plantea: “Voluntaria o involuntariamente hay selección, eliminación de documentos que lleva a cabo el interesado, sus herederos o las variadas circunstancias que suceden en el transcurso del tiempo, traslados, incendios, reformas en el edificio (391)”. En este sentido cabe suponer que, siguiendo a Philippe Artières y a un grupo de investigadores canadienses, australianos y brasileños, los archivos de personas y autor no solo suponen una forma de creación de identidad, si no también una forma de posicionamiento social: “Más allá de estas escrituras preestablecidas, existen numerosas situaciones en las cuales el sujeto debe narrase, definirse, brindar un autorretrato sin que existan formularios ni modelos… En cada caso lo que está en juego no es quiénes somos -aquí no hay un pacto de verdad- sino un requerimiento de decirse, de producir una imagen de sí; en definitiva; importa menos que uno se ajuste a las expectativas, sino que uno esté en condiciones de decirse, de expresarse por escrito, de transformarse en un expediente.” (45).

Los archivos personales y de autor, además de navegar entre bibliotecas y archivos, lo hacen entre lo íntimo y lo público. Las consecuencias de aquello resuenan en dos aspectos que justifican el interés que hoy despiertan estos. Primero, según Luz del Carmén Betrán Cabrera, el abordar archivos de personas y autor admite una suerte de intrusión donde investigadores y público general: “se encaran con lo esperado, pero también, casi en la misma proporción con lo inesperado… Resulta esencial investigar la mejor forma de conservar institucionalmente esos registros personales como evidencia de los individuos y llevarlos más allá de los límites de sus propias vidas, ayudando a transformar “la evidencia de mí” en “evidencia de nosotros” con el aporte de nuevos significados del pasado en tanto memoria cultura.” (8). Los archivos personales y de autor tienen la cualidad de la amplificación: transformar el relato del “sí mismo” al de “nosotros”. A partir de los documentos de estos archivos no solo podemos reconstruir una imagen individual sino también la de una época, su contexto histórico-social, en palabras de Artières: “Cada archivo es la huella de una sola línea. Cada una de ellas nos hace ingresar en un mundo social más o menos denso o efímero, recorriendo desde el polo más inmediato de las prácticas sociales hasta el polo más reflexivo” (48). Y aquí se hace evidente el segundo aspecto de interés que los archivos personales y de autor generan al presente, porque estos no solo magnifican sus ondas en término de lo individual y social, también significan una herramienta para develar o imantar aquello que queda fuera de la historia y de lo posible hegemónico, porque el archivo debe ser leído, cada una de sus piezas debe ser interpretada e investigada, porque hay que abordar: “Ese momento de escritura, persiguiendo los indicios, intentando reconstruir las circunstancias de esa producción: el por qué y el cómo de ese documento, y finalmente, el rostro de su autor” (Artières, 40).

 
 
 
 

bibliografía sobre archivísta

Artières, Philippe. S’archiver (Archivarse). En Actas de las II Jornadas / Congreso Internacional. Los archivos personales: prácticas archivísticas, problemas metodológicos y sus historiográficos. Buenos Aires: CeDinCi, 2018.

Beltrán Cabrera, Luz del Carmen. El archivo personal del Dr. Luis Mario Schneider del Departamento de Filología de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México. Ciudad de México: Contribuciones desde Coatepec, núm. 24, enero-junio, 2013.

Blasco Martínez, Rosa. Los archivos familiares. Planteamiento general y cuestiones para el debate. En VI Congreso Internacional de Historia de la Cultura Escrita, vol 2. Libros y documentos en la Alta Edad Media. Los libros de derecho. Los archivos familiares. Alcalá de Henares: Calambur, 2002.

Díaz Rodríguez, María del Rosario. Entre bibliotecas y archivos: los transgresores archivos personales. Bibliotecas. Anales de investigación, 2008, 4. Disponible en: http://revistas.bnjm.cu/index.php/anales/article/view/111/4242. [Consultado 14-04-2019].

 

Gallego Domínguez, Olga. Manual de archivos familiares. Madrid: Anabad, 1993.

Galiana Chacón, Juan P. “De los archivos personales, sus características y su tratamiento técnico”. En: Seminario de archivos personales (Madrid, 26 a 28 de mayo de 2004). Madrid: Biblioteca Nacional, 2006.

Heredia Herrera, Antonia. Archivística general. Teoría y práctica. Sevilla: Diputación Provincial de Sevilla, 1991.

Portela Filgueiras, Isabel. “El paradigma de los archivos personales: estudio histórico-archivístico del fondo de Toribio del Campillo (1823-1900). Madrid, 2017.

Tarcus, Horacio. Políticas de archivo desde la periferia. En Actas de las II Jornadas / Congreso Internacional. Los archivos personales: prácticas archivísticas, problemas metodológicos y sus historiográficos. Buenos Aires: CeDinCi, 2018.